El tinnitus, o acúfeno, es un síntoma que puede tener una dimensión psicológica significativa en las personas que lo experimentan.
En palabras del psicólogo Sergi Barcons, del equipo del Dr. Jordi Coromina y especialista en acúfenos, la percepción de este sonido “no solo afecta a nivel auditivo, sino que también puede tener consecuencias significativas en la salud mental, como insomnio, ansiedad, depresión y aislamiento social. Estos efectos pueden ser tan debilitantes como el propio ruido en el oído”.
En primer lugar, es importante entender que el acúfeno, en realidad, es una actividad neural anormal, que puede ser muy molesto, pero en última instancia es solo un ruido. El objetivo del tratamiento es aminorarlo, de manera que el cerebro pueda aprender a ignorarlo o absorberlo.
La gestión del estrés es un factor fundamental cuando padecemos de acúfenos. Según nos cuenta Sergi Barcons, “el estrés puede amplificar la percepción del acúfeno y hacer que sea más difícil de ignorar. Por lo tanto, su manejo es una parte esencial del tratamiento.”
Por tanto, un enfoque efectivo en el tratamiento del acúfeno implica la colaboración de profesionales de la otorrinolaringología y la psicología. Esto se debe a que el acúfeno tiene tanto una dimensión orgánica como una dimensión psicológica. Tratar el acúfeno solo desde una perspectiva psicológica o médica puede ser insuficiente.
El objetivo del tratamiento psicológico se centra en ayudar a la persona a recuperar su calidad de vida, a pesar de la presencia del acúfeno. Esto implica que la persona pueda llevar una vida plena y satisfactoria, independientemente de si el acúfeno persiste.
En resumen, el acúfeno es un síntoma que puede tener un impacto psicológico y emocional significativo, y su tratamiento efectivo a menudo implica una perspectiva interdisciplinaria que aborde tanto los aspectos médicos como los psicológicos, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.