Según las conclusiones de los últimos estudios realizados se puede confirmar que dos de los factores de riesgo principales que hacen que se incrementen los acúfenos o el tinnitus son el estrés y la ansiedad.
Un hecho evidente es que altos niveles de estrés desencadenan un aumento de la secreción de cortisol, también conocida como la hormona del estrés y, en consecuencia, los vasos sanguíneos se estrechan. Estas obstrucciones pueden producir taponamientos en capilares que son más pequeños, como, por ejemplo, los que forman parte del oído. Esto hace que no se reciba suficiente irrigación y se empiecen a percibir molestos ruidos, zumbidos o incluso pitidos en los oídos.
El estrés también provoca una gran tensión entre los músculos faciales y los de masticación. Estos músculos están conectados a los del oído, los cuales se tensan y producen una presión interna que se traduce en silbidos o en forma de sensación de golpes.
Por otra parte, el hecho de convivir con estos acúfenos también está ligado con el aumento del estrés y la ansiedad, ya que la percepción de estos molestos ruidos empeora la calidad de vida de los pacientes. Esto inevitablemente afecta al rendimiento en el trabajo o a la conciliación y calidad del sueño.
Si queremos experimentar una mejora en nuestra calidad de vida, es importante conocer en la medida de lo posible los factores que hacen que aumente el estrés y el tinnitus.